
En los últimos tiempos el mundo está alarmado por la suba de precios de los alimentos lo que se traduce en una menor accesibilidad a los mismos. Ya son más de treinta los países que se han realizado protestas por esta sobrevaloración de los alimentos.
La conclusión del primer párrafo será un poco dura pero es real, cada día mas aumentan las franjas entre los que más tienen y los que menos, lo que produce un crecimiento ininterrumpido del Hambre, un problema netamente ético, que alguna vez Gandhi denuncio “el hambre es un insulto, humilla, deshumaniza y destruye el cuerpo y el espíritu; es la forma más asesina que existe” que nuestra sociedad acepta diariamente.
Esto es causa de una política económica inculcada por las grandes multinacionales que manejan el quinto negocio más rentable del planeta, el de la alimentación, que es un derecho humano básico.
Desde los años 70 un periodo trágico para latino América, colmado de dictaduras militares y gobiernos de factos, se ha estado instaurando el modelo de la revolución verde, lo que logro transformar el alimento como ocasión de lucro y el proceso agroalimentario en un negocio rentable.Dejando atrás la visión básica y ética que predominaba hasta la llegada de la industrialización moderna, la tierra, la gran madre de todos y que implicaba un vinculo del hombre con ella donde se regía por el respeto y la mutua cooperación.
¿Que nos, paso? ¿Como vemos a la tierra hoy?
La tierra hoy es una caja llena de recursos a ser explotados hasta que lleguen a su fin. La agricultura es mucho más que eso, se trata de un arte, una técnica de producción y de medios de vida.
La conclusión del primer párrafo será un poco dura pero es real, cada día mas aumentan las franjas entre los que más tienen y los que menos, lo que produce un crecimiento ininterrumpido del Hambre, un problema netamente ético, que alguna vez Gandhi denuncio “el hambre es un insulto, humilla, deshumaniza y destruye el cuerpo y el espíritu; es la forma más asesina que existe” que nuestra sociedad acepta diariamente.
Esto es causa de una política económica inculcada por las grandes multinacionales que manejan el quinto negocio más rentable del planeta, el de la alimentación, que es un derecho humano básico.
Desde los años 70 un periodo trágico para latino América, colmado de dictaduras militares y gobiernos de factos, se ha estado instaurando el modelo de la revolución verde, lo que logro transformar el alimento como ocasión de lucro y el proceso agroalimentario en un negocio rentable.Dejando atrás la visión básica y ética que predominaba hasta la llegada de la industrialización moderna, la tierra, la gran madre de todos y que implicaba un vinculo del hombre con ella donde se regía por el respeto y la mutua cooperación.
¿Que nos, paso? ¿Como vemos a la tierra hoy?
La tierra hoy es una caja llena de recursos a ser explotados hasta que lleguen a su fin. La agricultura es mucho más que eso, se trata de un arte, una técnica de producción y de medios de vida.
La revolución verde mecanizo la producción y con la alta tecnología se intensifico la producción en mucha menos tierra y lo más triste, elimino el proceso artesanal y quimicalizó todo el proceso de producción.
Las consecuencias son perceptibles, el empobrecimiento de los suelos, erosión devastadora, deforestación de bosques ancestrales y la pérdida de la diversidad de semillas naturales que podrían ser reservas ante posibles crisis.
En la cría de animales la situación no es muy distinta, se produce en cantidades impresionantes sin medir consecuencias y en base a estimulantes del crecimiento, las prácticas intensivas, las vacunas, antibióticos, inseminación artificial y la clonación.
Los agricultores son una especie en extinción hoy contamos con empresarios del campo a los cuales la ética, les perjudicaría su rentabilidad. Esto se ve avalado por una tendencia mundial en la producción para garantizar lucros, privatizando todo y haciendo hincapié en las semillas lo cual está en manos de menos de diez empresas transnacionales que han introducido en su mercado semillas transgénicas que deben comprarse en cada cosecha junto con un sinfín de agroquímicos, maquinarias, pesticidas y una financiación bancaria que ata a los productores a los intereses de estas grandes empresas. Esta situación se torna más grave cuando vemos los índices de urbanización, dejando los campos para formar parte de la ciudad que requiere alimentos que no produce.
Actualmente existe una guerra en el comercio de los alimentos, los países ricos dueños de grandes multinacionales subsidian cosechas enteras y la producción de carnes, para ubicarlas en un mejor precio internacional, razón por la cual los países en vías de desarrollo se ven desfavorecidos ya que su riqueza radica en la producción y exportación de los productos agrícolas y carnes.
La mayoría de los casos muestran que estos países con su producción agrícola, alimentan el ganado de otros países industrializados, sin valorar que en el mercado interno servirían de alimento a sus poblaciones, escasas de recursos.
Entonces podemos decir que en el fondo lo importante es garantizar ganancias y en menor grado el derecho a la alimentación.
Si seguimos orientando así la producción no haremos más que incrementar el hambre mundial, fomentar la desnutrición infantil, necesitamos políticas humanitarias que busquen la igualdad y que garanticen el desarrollo de los hombres.
Si no seguiremos en la barbarie en la que nos encontramos, sin política basada en la ética y sin una sensibilidad humanitaria mínima.
Las consecuencias son perceptibles, el empobrecimiento de los suelos, erosión devastadora, deforestación de bosques ancestrales y la pérdida de la diversidad de semillas naturales que podrían ser reservas ante posibles crisis.
En la cría de animales la situación no es muy distinta, se produce en cantidades impresionantes sin medir consecuencias y en base a estimulantes del crecimiento, las prácticas intensivas, las vacunas, antibióticos, inseminación artificial y la clonación.
Los agricultores son una especie en extinción hoy contamos con empresarios del campo a los cuales la ética, les perjudicaría su rentabilidad. Esto se ve avalado por una tendencia mundial en la producción para garantizar lucros, privatizando todo y haciendo hincapié en las semillas lo cual está en manos de menos de diez empresas transnacionales que han introducido en su mercado semillas transgénicas que deben comprarse en cada cosecha junto con un sinfín de agroquímicos, maquinarias, pesticidas y una financiación bancaria que ata a los productores a los intereses de estas grandes empresas. Esta situación se torna más grave cuando vemos los índices de urbanización, dejando los campos para formar parte de la ciudad que requiere alimentos que no produce.
Actualmente existe una guerra en el comercio de los alimentos, los países ricos dueños de grandes multinacionales subsidian cosechas enteras y la producción de carnes, para ubicarlas en un mejor precio internacional, razón por la cual los países en vías de desarrollo se ven desfavorecidos ya que su riqueza radica en la producción y exportación de los productos agrícolas y carnes.
La mayoría de los casos muestran que estos países con su producción agrícola, alimentan el ganado de otros países industrializados, sin valorar que en el mercado interno servirían de alimento a sus poblaciones, escasas de recursos.
Entonces podemos decir que en el fondo lo importante es garantizar ganancias y en menor grado el derecho a la alimentación.
Si seguimos orientando así la producción no haremos más que incrementar el hambre mundial, fomentar la desnutrición infantil, necesitamos políticas humanitarias que busquen la igualdad y que garanticen el desarrollo de los hombres.
Si no seguiremos en la barbarie en la que nos encontramos, sin política basada en la ética y sin una sensibilidad humanitaria mínima.