domingo, 29 de junio de 2008

Revaloricemos la olla


¿La olla es un vínculo que se pierde?, eso me pregunto cada vez que entro a una casa diferente y no veo ollas en la cocina.
Indudablemente mi atracción por la cocina, los alimentos, y los vínculos sociales y emocionales que los mismos generan son importantes para conocer la alimentación de cada ser humano.
La olla, esa olla que recorrió la cocina del hombre en su plenitud desde tiempos remotos hasta la actualidad y tan valorada en algunos lugares donde su utilización es indispensable, ya que las raciones que deben servir son muchas o por el tipo de preparación que estemos por saborear.
La olla parece ser un símbolo más representativo que las cacerolas y en especial esas ollas gigantes llenas de hollín, que tratan de borrar el olvido que una sociedad brinda diariamente a los sectores más pobres.
¿Qué cosas nos puede llegar a decir una olla?, grande, chica, mediana, de loza, de hierro, aluminio, acero inoxidable, etc.
La cantidad de personas que comen, que van a comer, como lo van a comer y en especial la olla nos responde con su contexto y la relevancia que tiene su utilización
¿Significa la olla un anhelo de comer acompañado? Y no solitario.
Las comidas preparadas en ollas, tienen algo interesante, muchos ingredientes, muchos invitados, muchos vínculos y la responsabilidad de llevar el ingrediente con el que debe colaborar..
Les confieso, esto es una suerte de marketing bizarro, de las relaciones que se crean por medio de una olla y la representación que cada uno tiene de la olla.
Les propongo practicarlo, la olla es un gran generador de vínculos.
Y vamos por la reivindicación de la olla, y de sus comidas.

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Reflexion

El sistema, que no da de comer, tampoco da de amar: a muchos condena al hambre de pan y a muchos más condena al hambre de abrazos. Eduardo Galeano. "El libro de los Abrazos"